La música como patrimonio
cultural de una comunidad, ayuda a nuestros jóvenes a utilizar sus habilidades
y su tiempo en actividades productivas para sus vidas. También, como buen
instrumento, es uno de los medios para conseguir que nuestros jóvenes enriquezcan
y estimulen sus capacidades intelectuales y
habilidades motrices, llevándolos por
un camino que los forjaría como personas buenas, responsables,
apasionadas, éticas y morales, logrando
así, ocupar gran parte de su tiempo libre.
A través de los años muchos
jóvenes pasan la vida adentrándose en mundos oscuros donde hay, marginación de la misma sociedad, a causa de sus costumbres,
raza, religión, sexualidad, estatus social e ideologías, también, por el vicio, la drogadicción, el cigarrillo, el licor,
el vandalismo, las pandillas, el tráfico
de drogas, el maltrato infantil, etc… En conclusión, actividades que los hunden
en malos pasos, incitándolos a ser personas que infringen la ley sin ética y moral,
que han llevado a nuestra sociedad literalmente ¨al caño¨. Normalmente, los
jóvenes construyen su identidad y personalidad con el vestuario, el peinado, el
lenguaje y objetos emblemáticos, en este caso los bienes musicales, mediante
los cuales, se convierten en sujetos culturales, de acuerdo con la manera de entender el mundo y de vivirlo, de
identificarse y diferenciarse.
La música siempre ha
desempeñado un papel importante en el aprendizaje y la cultura, pudiendo llegar
a fluir en costumbres y emociones. En numerosas circunstancias se convierte en
un medio para expresarnos como personas brillantes, apasionadas, sentimentales
e interesantes, también desarrollamos nuestro intelecto, ya que se practica la
lectura, utilizamos nuestra memoria, se improvisa cualquier tema musical, donde
debemos ser muy creativos en la utilización de las notas musicales, o en el
caso de la percusión, creatividad al emplear sus extremidades superiores e
inferiores, adquiriendo agilidad en nuestro cerebro, brazos, dedos, piernas,
lengua y a tener control del aire que en algunos instrumentos musicales hay que
emplear.
En nuestra sociedad hay
familias de alto y bajo estatus social, que en la mayoría de los casos tienen
hijos que literalmente en silencio le piden a gritos, por medio de la rebeldía,
la altanería, la agresividad, etc., que les brinden amor, cariño, ternura, comprensión,
confianza, tranquilidad, buen trato, etc., pero, como bien sabemos, los jóvenes son personas inexpertas,
inmaduras y testarudos, que creen que así lograran lo que esperan de ellos,
pero, están equivocados. La música podría tomarse como un retiro espiritual,
que los llevaría a un mundo de tranquilidad y les daría el tiempo para
reflexionar, dándoles la posibilidad de que el alma se exprese, pues es la
forma más libre para dar a conocer lo
que sentimos, ya que no todos tienen la misma forma de pensar. La música afecta
de manera importante la conducta de los jóvenes logrando que tengan una mejor
actitud, así, las relaciones con sus familias podrían mejorar.
La música como patrimonio
cultural de una comunidad, ayuda a nuestros jóvenes a utilizar sus habilidades
y su tiempo en actividades productivas para sus vidas. Logrando así, que
nuestra sociedad tenga jóvenes que
favorezcan en el desarrollo de la cultura y sean promotores del bien.